Las flores nos gustan, sean del color que sean. A unos mas las amarillas, a otros las azules. A mi me gustan las rosas, aunque no sabría decir muy bien por qué. Quizás porque tenga parte de blanco y parte de rojo, dos colores que me fascinan aun siendo tan distintos. El blanco es pureza, virginidad, serenidad, paz. El rojo es casi todo lo contrario; pasión, prohibición, furia, peligro. Me gusta esa serenidad y esa paz que nos da el color blanco y su vez me cautiva la pasión y el coraje que emana del rojo. El rosa no es un color puro ni primario, pero captura un poquito de cada uno de los que lo forman.