martes, 25 de mayo de 2010

Ojalá


Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.


Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve,
ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.


Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Silvio Rodríguez

lunes, 24 de mayo de 2010

Brothers


Entre zanahorias y remolachas crecen estos dos hermanos, con distinto color pero con misma inocencia. Y no se si serán mejores o peores de entre los 5 que nacieron, pero son los que elegí para bien o para mal, para disgustos y alegrías. Y por eso los voy a cuidar, a querer y a proteger casi tanto como ellos lo harán conmigo. Jugarán, correrán y comerán juntos, al igual que hiciera yo con mi hermano, ligando sus vidas, y las nuestras, para siempre.

Charly


Ojalá el ser humano fuera tan noble y fiel como este animal, pero nuestra complejidad y afán explotador nos han alejado demasiado de los demás seres vivos de este planeta. Posiblemente no haya vuelta atrás.
Y es que este pequeño me  gana con cada mirada, con cada paso de su lengua por mi mano, con cada carrera frenética entre zanahorias y remolachas cuando me persigue. Porque el quiere ir donde yo vaya, estar donde yo esté y esperar a que haga algo para reaccionar al instante como un relámpago.
Siempre me he sentido muy ligado a los perros, quizás en otra vida haya sido uno de ellos...