Entre zanahorias y remolachas crecen estos dos hermanos, con distinto color pero con misma inocencia. Y no se si serán mejores o peores de entre los 5 que nacieron, pero son los que elegí para bien o para mal, para disgustos y alegrías. Y por eso los voy a cuidar, a querer y a proteger casi tanto como ellos lo harán conmigo. Jugarán, correrán y comerán juntos, al igual que hiciera yo con mi hermano, ligando sus vidas, y las nuestras, para siempre.
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