lunes, 24 de mayo de 2010

Charly


Ojalá el ser humano fuera tan noble y fiel como este animal, pero nuestra complejidad y afán explotador nos han alejado demasiado de los demás seres vivos de este planeta. Posiblemente no haya vuelta atrás.
Y es que este pequeño me  gana con cada mirada, con cada paso de su lengua por mi mano, con cada carrera frenética entre zanahorias y remolachas cuando me persigue. Porque el quiere ir donde yo vaya, estar donde yo esté y esperar a que haga algo para reaccionar al instante como un relámpago.
Siempre me he sentido muy ligado a los perros, quizás en otra vida haya sido uno de ellos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario